La forma errónea I

  Los profesores de Universidad estamos acostumbrados a una curiosa paradoja: al mismo tiempo que se nos concede cierto prestigio social, se nos supone una vida fácil con pocas horas de trabajo y muchos días de vacaciones. Así pues, desde esta perspectiva que podríamos llamar popular, se nos considera una especie de vagos con clase, pero ello no supone ningún perjuicio, ya que esta forma errónea de percibir nuestra profesión es sólo fruto del desconocimiento. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando es propiciada por los más altos niveles jerárquicos ya sean políticos o propiamente universitarios, cuando son las personas que ocupan puestos de responsabilidad las que, al mismo tiempo que predican la importancia de la Universidad para la sociedad ponen en tela de juicio o directamente desacreditan a quienes por esa Universidad trabajan día a día? El último de estos episodios lo hemos sufrido hace algunas semanas con motivo de las prejubilaciones promovidas por la Universidad de Extremadura entre los años 2007 y 2009. En marzo de 2010 se publica un texto de título "La Uex prejubila a la grande" en el que un Vicerrector viene a decir que estas prejubilaciones se han llevado a cabo, principalmente, para facilitar la entrada del 'Plan Bolonia' de una manera menos traumática, y liberarse de aquéllos profesores que quisieran dejar la docencia por no estar en disposición de adaptase al nuevo sistema que conlleva 'un gran esfuerzo personal', y una Directora General viene a remachar el clavo diciendo que hay que respetar a quienes han optado por "retirarse antes de la entrada en vigor del nuevo sistema educativo". Si a esto añadimos lo que el mismísimo Rector ha ido dejando caer en sus discursos en los últimos años, perlas tales como que está en "desacuerdo con ciertas herencias educativas que han estado basadas en la acumulación del conocimiento", que "es necesario tender a la simplicidad y evitar la complicación en el aprendizaje", o que hay que "lograr una equilibrada combinación de entretenimiento y conocimiento", ya nos podemos hacer una idea del traje que nos están cortando, del retrato robot que nuestros responsables (es un decir) están dibujando para la sociedad: hay que librarse de los profesores viejos porque son una rémora por estar anclados en obsoletos métodos de enseñanza y son incapaces de adaptarse al nuevo y bendito sistema educativo que ahora comienza; por eso vamos a promover prejubilaciones hasta el 2009, pues en el 2010 este nuevo sistema ha de entrar en vigor, pero eso sí, lo vamos a hacer "a lo grande" para que estos débiles se vayan contentos. De nada sirve la notita que sacaron un par de días después, ese texto insulso que nada decía y ningún error reconocía. Aunque somos conscientes de que este asunto merece un análisis más profundo y una respuesta más extensa, quisiéramos al menos darle unos retoques a este retrato robot.
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